Explicando el proceso de formación de bomberos con la metáfora de la panadería.
- edgardoeducar
- 5 jun 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 6 jun 2022
Bro. Edgardo Reina.
Hace un tiempo en una de las tantas charlas de esas que ocurren en las guardias nocturnas en donde se discuten distintos temas relacionados a nuestra profesión (situaciones de la vida cotidiana de los bomberos) ante una situación que escuché se me ocurrió una interesante comparación para explicar desde mi punto de vista cómo veo a parte del amplio proceso de formación de un profesional.
Espero que les sirva para entender la complejidad que significa formar parte de un equipo de capacitación.

La metáfora de la panadería.
Por un momento, en vez de tener un cuartel de bomberos tenemos una panadería.
El dueño de la panadería tiene largos años de experiencia como panadero y decide invertir sus ahorros para elaborar los mejores panificados del pueblo.
Consigue consigue buenas herramientas y utensilios que le aseguran el poder preparar productos variados y de calidad.
Para elaborar los panes, consigue distintos productos: algunos de primera marca y excelente calidad y otros que quizás, no son de gran nombre, pero utilizados con otros, terminan produciendo panes de gran calidad.
Ahora bien, este empresario contrata a 4 panaderos. Uno que por su amplia trayectoria en el rubro (lo que lo hace un gran profesional en la elaboración de panes) es designado encargado de la panadería.
Junto con él están otros 3 panaderos con distintas habilidades y trayectorias. Algunos están por una cuestión económica, elaborar panes no es lo que más le gusta pero les resulta significativo para su economía. Otro de los panaderos es amigo del dueño. A él no le gusta mucho elaborar panes pero necesita el dinero. El siguiente es un panadero que le disfruta de hacer panes, día a día trabaja con esmero aunque no comparte muchas ideas en común con el encargado sobre la forma de elaborar los productos de la panadería.
Y el último de este equipo, es alguien nuevo en el ámbito de la panadería, con todas las ganas de aprender a hacer panes. Muy motivado en su trabajo, pero con poca experiencia en el rubro.
Así está conformada nuestra panadería: Tenemos al dueño, a 4 panaderos, los mejores equipos para la elaboración de panes y muchos ingredientes de buena calidad para producirlos.
Ahora bien, el dueño del emprendimiento deja en manos del panadero más experimentado la responsabilidad de coordinar al equipo para elaborar los panes y así él poder dedicarse exclusivamente del aspecto administrativo y financiero de la panadería.
En la panadería, el encargado y su equipo no se ponen de acuerdo sobre la forma de trabajar, las técnicas y procesos para producir los distintos productos, ni sobre los ingredientes y las mezclas que lleva cada preparación.
En la panadería reina el desconcierto. Luego de varias semanas, los panes que resultan de su trabajo no salen con la calidad esperada. Los clientes notan que en ese negocio los panes no son buenos y deciden comprar en otras panaderías del barrio. Lo que hace que tenga una baja en las ventas.
El dueño de la panadería, obviamente, preocupado por la situación, le pide una explicación al equipo de panaderos, para los cual los convoca a una reunión.
En esa oficina entonces se escucha entonces decir en entre ellos: "los productos no son de calidad", "con esos utensilios no se pueden fabricar buenos panes", "el horno anda mal" "fulano no sabe hacer panes", "nadie se compromete con la panadería", “los pasos son otros, están haciendo cualquier cosa”. Hay críticas y malestar entre los panaderos. Cada uno tiene su idea de como hacer panes. Cada uno está convencido que su forma de elaborar panes asegura el éxito de la panadería.
A criterio de los panaderos, pareciera que los panes salen mal porque los panes no se esfuerzan en ser buenos panes.
La panadería tiene muy buenos productos y herramientas que le permiten asegurar una producción de calidad, posee personas que se encargan de hacer panes que, con mayor o menor experiencia, saben cómo hacerlos y sin embargo… El resultado de todo ese proceso de elaboración no es el esperado. Los panes, no salen del horno como se esperaba.
Ahora bien, pasemos a bomberos.
A esta altura, ya creo que van entendiendo hacia donde va el asunto de la panadería. En el contexto de bomberos la panadería es el sistema de enseñanza/formación del personal que, luego de un proceso de capacitación, entrenamiento, y desarrollo de habilidades, permite mejorar las capacidades de las personas para realizar determinada actividad.
Los utensilios y herramientas, son obviamente los recursos materiales y económicos con los que contamos para poder llevar adelante nuestras prácticas formativas en el sistema de formación.
Los ingredientes son las habilidades, dificultades y capacidades con las que cuenta cada persona que se forma dentro del sistema de capacitación.
Los panes, son el resultado del proceso de formación institucional, es decir el bombero o aspirante resultante luego de transitar su formación dentro del sistema de capacitación.
Ahora bien. En la panadería ¿Quién era el responsable de que los panes no se produjeran de la forma esperada? ¿De los ingredientes? ¿de los panes? ¿De las herramientas?
Indudablemente no, aunque si bien, condicionan en algún punto, la forma en que se puede desarrollar el proceso de elaboración, son el resultante de cómo son utilizados.
En los cuarteles ¿es culpa de los bomberos, aspirantes, de las herramientas o materiales que se dispongan de que el resultado del proceso de formación no sea el esperado?
En la situación de la panadería habría que mirar un poco más arriba.
Allí, los panes no salían como se esperaban porque internamente en la panadería -dentro del equipo que se encargaba de la elaboración de panes- estaban sucediendo otras situaciones que imposibilitan que se aprovecharán y optimizaran los recursos humanos y materiales para que el resultado sea bueno.

Un equipo de instructores que no logra trabajar de forma planificada, unificada, ordenada y criteriosa posiblemente se encuentre con el mismo resultado de la panadería. Es función de estos pensar y coordinar un proyecto de formación de profesionales que esté pensado para sacar el máximo provecho a los recursos humanos y materiales de la institución .
Muchas veces (no solo en bomberos, sino en otras profesiones que involucren la formación profesional) la responsabilidad de formación y el resultante de la misma recae sobre la persona (el que aprende, el que está buscando aprender dentro del sistema) y no se discute si es que hay algo dentro del sistema de formación que está provocando eso.
Como instructores que formamos parte de la maquinaría bomberil, tenemos la responsabilidad de planificar las situaciones de enseñanza, la de aplicar las técnicas, estrategias de enseñanza y gestiones necesarias para lograr que el equipo que conduce, optimicen la utilización de la energía, el aprovechamiento de las habilidades y capacidades de las personas que intervienen en el sistema de formación y los recursos para que los profesionales que resulten de ese proceso sean los mejores que se puedan desarrollar dentro del contexto de cada institución bomberil ya que los recursos humanos y materiales no son los mismos en cada institución. El resultado del personal que tenemos que profesionalizar depende de nosotros.
De nosotros depende el resultante de profesionales que nuestras instituciones produzcan, por lo tanto, es necesario que continuamente haya una autoevaluación dentro del equipo para ratificar los aspectos positivos que se desarrollan y aquellos que es necesario modificar para que el resultado en las personas a las que formamos sean los esperados o incluso los superen.
Nosotros no tenemos una panadería no fabricamos panes, pero nuestro rol dentro de la institución es muy similar a lo que se realiza allí. Aprovechar nuestras capacidades, nuestra experiencia en el sistema de bomberos, nuestra propia formación para ayudar a que otros puedan adquirir nuevas habilidades para ser los mejores profesionales que nuestra institución pueda desarrollar.
Depende de nosotros: trabajo en equipo, planificación, metas y criterios claros y unificados, autoevaluación constante (siendo autocríticos con nuestro propio trabajo y realizando los ajustes necesarios). Pero por sobre todas las cosas, ganas y pasión por por lo que se hace.
Gracias por leer el artículo. No te olvides de compartir y hacer llegar este blog a más personas.
Bro. Edgardo Reina
muy buena comparación edgar! genio!