Innovación educativa en bomberos: 3 puntos claves para el cambio
- edgardoeducar
- 31 ago 2022
- 8 Min. de lectura
Por. Bombero Edgardo Reina.
Cbo. 1°RE Alecio Alberto (Colab.)
“Espero que el mundo cambie y que las cosas mejoren, pero lo que espero por encima de todo es que entiendas lo que quiero decir” Valerie Page (de la película V de Venganza)
Normalmente escribo textos para este blog relacionados con la temática de enseñar y aprender (en tanto procesos indivisibles e interdependientes) en bomberos con el fin de que en cada párrafo, cada idea expresada pueda llegar a servirle a otros camaradas para aplicar o simplemente para entender algunos aspectos pedagógicos que permitan mejorar (en algún sentido) la forma en laque forma al personal en sus cuarteles y también, aprender de una forma más significativa que la mera memorización (una conceptualización de significativo es con sentido para quien aprende, aplicable a un contexto específico, aprendizaje desafiante, aunque posible, que nuevos saberes…)
Para mi la cuestión educativa es un punto clave para que nuestras instituciones evolucionen en cuanto a la profesionalidad y en la capacidad de respuesta que el personal pueda brindar durante el servicio de emergencia a su comunidad.
Es también un desafío enorme escribir hoy sobre la innovación en el sistema de formación de bomberos, tema del cual hoy voy a hablar. Reconozcamos que es una cuestión en debate y que no tiene una respuesta concreta y cerrada (o, que al menos, merece ser tenida en cuenta, debatida, interpelada, puesta en tensión, arribando a nuevas “verdades” parciales y provisorias). Ni son tampoco las únicas, valederas y perfectas las ideas que aquí voy a proponer. Simplemente son algunos enfoques/ideas que buscan reflexionar ( e invitar a la reflexión) en torno a los aspectos que deberíamos innovar dentro de la práctica educativa en bomberos.
Todos los servicios de bomberos han tenido que adaptarse a las distintas realidades que el mundo del siglo XXI demanda. La tecnología en el campo de trabajo de bomberos cambió: los procedimientos y maniobras son distintas a las que se realizaron décadas atrás, la exigencia hacia los servicios de bomberos son distintas y más complejas. Sin embargo, en muchos aspectos, cuestión referida a los métodos, recursos, habilidades, etc. de la enseñanza, quedó relegada en el tiempo en prácticas educativas propias de un contexto socioeducativo que ya no existe. Ante este panorama es donde creo que se debe producir el cambio, la innovación. Y es allí donde nos tenemos que detener a pensar, en el rol que tiene y que le damos a la formación de bomberos.
Dialogando con colegas de muchas instituciones bomberiles de latinoamérica sobre las formas de capacitar al personal y de las prácticas de enseñanza que aplican en sus respectivas instituciones, puedo dar cuenta de la situación alarmante a la que estamos habituados (prácticas educativas cristalizadas, naturalizadas…en la “urgencia” de capacitar, confundidas con la instrucción).
Reproducimos año tras año un mismo modelo de enseñar o gestionar un ciclo educativo que tiene falencias que se repiten constantemente porque nunca se hizo de otra forma o porque “los cambios” que se realizan siguen siendo muy similares o se apoyan en la misma lógica que el pasado, consolidando un modelo pedagógico que persiste a lo largo del tiempo y están desactualizadas (y que, en definitiva, no tiene en cuenta aspectos tales como: la incertidumbre que genera cada nuevo siniestro, que pone en tela de juicio lo que se sabe y como se aplica para resolver ese problema).
Me refiero -cuando hablo de reproducción- a que hacemos las cosas de la misma forma que aprendimos a hacerlas. Reproducimos un mismo modelo de enseñar y aprender porque esa es la única forma que sabemos hacer las cosas y tenemos miedo o falta de experiencia para animarnos a propiciar el espacio para nuevos horizontes.
Seguimos reproduciendo un mismo modelo de hacer que no discutimos ni perfeccionamos la forma en la que llevamos adelante la gestión educativa y las capacitaciones propiamente dichas.

Cambiar ¿Qué y para qué?
En una película que me fascina y no me canso de ver (V de Vendetta), el personaje de Evey Hammond -interpretado por Natalie Portman- dice una frase que me quedó muy marcada “Cada vez que he visto este mundo cambiar, siempre ha sido para mal”, ¿cuántos que están leyendo esto pensaron así, al ver que muchas modificaciones que se hicieron en nuestros cuarteles no fueron buenas o no han logrado el impacto esperado? Esto es muy preocupante cuando estamos hablando del mejoramiento de las habilidades y capacidades del personal a partir de la capacitación utilizando métodos y estrategias arcaicas: Un modelo de capacitación basado en la memorización de datos, en el almacenamiento de información profesional en la mente de los bomberos, apoyados en la premisa de “cuanto más sepan, mejor”, pero almacenar mayor volumen de información, significa entonces tener mayor capacidad para tomar decisiones estratégicas y operativas en emergencias por el simple hecho de almacenar información de una capacitación ¿Entonces ante este panorama…hay que cambiar o dejarlo todo como está?
Pareciera que cambiar en bomberos implica reconocer que todo lo que se hizo se hizo mal y hay que romper todo lo que ya está hecho, derribando todo lo realizado hasta ahora, que durante años todo fue fallas y que no se pueden solucionar. La verdad, no creo que sea así.
No creo que ante la necesidad de cambiar la situación educativa en nuestras instituciones se acepte cualquier cambio porque si.
Soy consciente y creo que cada organización, cada institución tiene cuestiones tradicionales, culturales que hacen que sean lo que son, que forman parte de su identidad y que deben ser conservadas para no perder en sí mismo su esencia. Debemos (previo a querer innovar o generar algún cambio) reconocer qué acciones educativas, estrategias o ideas han funcionado y que deben sobrevivir o conservarse dentro de lo que se pretende cambiar.
Primer aspecto para reflexionar en torno a la innovación: La visión institucional de qué significa la educación en bomberos.
Para innovar tenemos que replantearnos las prácticas y las formas de enseñanza que estamos llevando adelante. En muchas asociaciones hay que hacer el ejercicio de pensar qué significa “enseñar” o “capacitar” y la visión que se tiene de “aprender” para la todos y todas las que formamos parte de la organización a la pertenecemos. La visión de lo que significa capacitarnos tiene que ser valorada para que todos confiemos en que ese camino o ese cambio va por el camino correcto.
Han habido muchísimos avances en cuanto a las estrategias y recursos con los que podemos contar para diseñar capacitaciones de calidad y que profesionalicen verdaderamente a los bomberos ubicándolos en el lugar de actores activos del aprendizaje.
Segundo aspecto para la innovación: El desarrollo de las habilidades del instructor que enseña.
Estrechamente relacionado al punto anterior es imprescindible valorar la importancia de formar instructores. Si enseñar significa que un instructor se pare frente a un grupo de bomberos y exponga información o (lo que sabe) es enseñar y que los bomberos “aprenden” almacenando esa información de forma pasiva en un aula (escuchando y viendo sin involucrarse en el proceso) mientras unas diapositivas recorren una pantalla durante un periodo de tiempo con poco trabajo intelectual involucrado, es entonces señal que allí hay algo para hacer, algo en qué innovar.
Si no modificamos, actualizamos o nos cuestionamos fundamentalmente la forma de cómo enseñamos, estamos entonces reproduciendo un modelo que desdibuja el actual sentido de aprender. Lo cual es un gran problema, ya que si nadie en el cuerpo activo se cuestiona cómo se puede mejorar la forma de enseñar, difícilmente podamos mejorar la situación educativa de nuestro cuartel.
Es entonces cuando se hace necesario si se quiere innovar que los instructores tengan formación específica en estrategias y formas de enseñar/transmitir/compartir/ construir con “Otros” de mejor forma el saber a enseñar para lograr la mejora de las habilidades y capacidades del personal al que se instruye (cómo sinónimo de educar…). Tenemos que comprender como “instructores” que somos: saber/conocer sobre un tema no es lo mismo que tener la capacidad para explicar sobre ese tema y que las personas aprendan y mejoren sus habilidades a partir de lo que se les enseña.
Por otro lado, hay que apoyar a bomberos que más allá de su jerarquía, tengan la habilidad y capacidad de enseñar saberes de distintas formas y dinámicas (así como es determinante reconocer que se aprende de diversas maneras, en distintos tiempos, recorriendo caminos que son particulares). Eso indudablemente nos permitirá mejorar la situación educativa dentro de nuestras asociaciones logrando que el conjunto de bomberos aprenda.
Tercer aspecto para la innovación: La calidad educativa y su valoración dentro del sistema de bomberos.
Muchos de nosotros asistimos a capacitaciones o un conjunto de clases y terminamos sin comprender ni poder aplicar lo que aprendimos en las distintas intervenciones a las que asistimos. Esto puede suceder por una multiplicidad de factores. Si asistimos a una clase en la que el contenido está alejado de la realidad y si el que asiste, no se interesa por lo que aprende, porque el contenido está por fuera de su interés o esfera de aplicación, no será valorada por ellos, cayendo el factor motivacional que implica aprender.
Con esto me refiero, por ejemplo, a que si se pretende enseñar cómo coordinar un SCI (Sistema de Comando de Incidentes) a un grupo de bomberos novatos, ellos no le encontraran sentido de aplicación (más allá que haya interés en el tema, me refiero al aspecto metacognitivo del aprendizaje, ya que lo que aprenden, está por fuera de lo que ellos deben realizar en su día a día como bomberos. En la realidad, difícilmente estén en ese lugar tomando decisiones operativas y estratégicas en el sistema de comando de incidentes, por lo tanto, las capacitaciones hacia ellos deben estar orientadas en función de las operaciones que ellos pueden realizar.
Formar parte del equipo de instrucción, significa tener un grupo de bomberos que trabajan de forma coherente (planificada, sistemática) con la enorme responsabilidad de conducir el proceso de mejora profesional de un grupo de personas que desempeña una tarea importantísima en el servicio de seguridad. Por lo tanto, dichos cargos, no deben ser un lugar ocupado como premio o castigo. Quienes estén frente de “capacitación” y quieran liderar un verdadero proceso de reforma que eleve las capacidades del personal, deben centrar parte su atención en que los bomberos vuelvan a creer en la importancia del aprendizaje.
Conseguir que se entusiasmen por aprender lo que se enseña, motivarlos a leer, ver, analizar, discutir e involucrar a los bomberos como actores activos en las capacitaciones. Que ellos y ellas sientan que están aprendiendo algo que les va a permitir adquirir mejores herramientas para desempeñarse en las emergencias como bomberos. Obviamente, esto implica un cambio en la importancia en la que se suele centrar la formación de bomberos, como un proceso administrativo y mecánico de absorber información, poner un puntaje y rendir evaluaciones por el simple hecho de cumplir.
Instructores que capten la atención de los bomberos para que vuelvan a sentir la pasión por aprender cómo cuando eran aspirantes y había todo un mundo de aprendizajes sobre emergencias por descubrir. Su misión es hacer que los bomberos sean actores activos en el proceso de enseñanza y no meros reproductores de información.
Conclusión
Estos (como mencioné en al comienzo) son algunas ideas que espero motivar (motivarte a vos que estás leyendo esto en este momento) a que se despierten ideas, ideas que quizás no modifiquen estructuralmente de forma radical el sistema de formación de bomberos, pero sí, pueden ser ideas que se plantean puedan permitir repensar la forma en que se puede enseñar/aprender en bomberos.
La posibilidad de innovar está en nosotros. Solo hay que estar abierto a querer hacerlo.

Si persiguen lo que yo persigo, entonces, les pido que se unan a mí. – V
Edgardo Reina
Bombero
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