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Las elipses de la formación de bomberos

Si nos ponemos a reflexionar sobre cuál es LA “forma correcta” de organizar los contenidos de un programa de capacitación se hace evidente que no hay una sola posibilidad. Esto se debe a que hay muchas formas de pensar y organizar los saberes que se deben transmitir en los cuerpos de bomberos.


Un organizador es un esquema que permite secuenciar una serie de clases a llevar adelante y que permite al instructor organizar su propia práctica.






Considerando que hay muchas formas de lograr que los bomberos aprendan determinado saber o desarrollen habilidades que permitan que hagan un buen trabajo en la calle, entonces ¿Cuál es la mejor forma de organizar esos saberes?

En este artículo y de forma muy breve desarrollamos UNA idea que consideramos que es (probablemente) sencilla de poner en práctica y beneficiosa al momento de pensar una secuencia de clases fuertemente vinculadas entre sí (articuladas para alcanzar determinados objetivos de aprendizaje) dentro de nuestros cuarteles y que permiten, incluso, conciliar dos aspectos que parecen opuestos: la teoría y la práctica.

Intentamos proponer otra forma de organizar una secuencia de clases haciendo foco en cómo lograr que todos aprendan en profundidad determinado saber y en cómo revitalizar el sentido de enseñar más allá de transmitir contenidos.


Cómo se suele pensar las capacitaciones en bomberos.


El dialogar con ustedes, estimados lectores, permite conocer con cierto nivel de profundidad las múltiples realidades de organización y gestión educativa dentro del ámbito bomberil.

Si tuviera que armar una generalidad de la condición en la que se desarrollan y se piensan las clases hoy en día, podría considerarse lineal / por bloques.

Una forma de verlo gráficamente es así:


Esta es una forma “tradicional” en la que acostumbramos organizar las clases: Repartimos los contenidos en distintos días, buscamos que haya cierta coherencia en cuanto a la progresión de saberes y se los distribuyen de acuerdo a la cantidad de días que dispongamos para llevar adelante nuestras clases.

Cómo se puede observar, hay una linealidad en cuanto al avance de las clases, distintos días, distintos temas. Cada tema ubicado o tratado como si estuviera en un bloque único independiente de los otros.

Al organizar las clases se produce un fenómeno que los capacitadores debemos tener en cuenta al momento de desarrollar la programación.

Se aprende cada contenido independientemente del otro, como si fueran temas bien distintos entre sí, sin conexión alguna. No se estableció una relación entre cada bloque temático, haciendo parecer que no tienen vínculo y que cada uno complementa de distinta forma a la temática que se busca enseñar “los incendios estructurales”.

Un día se enseña teoría sobre un tema, a la siguiente clase la práctica. Luego se avanza hacia el siguiente tema y se realiza la práctica.

Esta forma de organizar los contenidos, si bien válida, resulta poco interesante o útil a los fines que buscamos si verdaderamente queremos capacitar, si verdaderamente queremos aprovechar al máximo las habilidades y capacidades del personal a medida que se van desarrollando las clases.

Nosotros, les estamos enseñando a que vean y aprendan las distintas partes de un mismo saber, pero no le damos las suficientes herramientas para lograr que puedan establecer relaciones entre lo que está aprendiendo. Lo aprende todo por separado, y no encuentra fácilmente el vínculo entre temas, recorriendo “como único camino” ir desde la teoría a la práctica…como si la propia práctica, en tanto resolución de problemas, no presentará la necesidad de “retornar a conceptos, habilidades, técnicas, procedimientos que deben volver a revisarse,a enriquecerse, luego de haber sido puestos en tensión a la hora de buscar soluciones a situaciones de mayor complejidad. Preparándonos para el apartado siguiente, si somos e invitamos a ser, críticos y reflexivos, ya no es posible ir en un camino de una sola dirección…es más…será necesario comenzar a advertir que “no todos necesitamos recorrer los mismos caminos” (traducido:no aprendemos en los mismos tiempos, con los mismos métodos, de la misma manera…).


Una propuesta superadora: Las elipses de la capacitación.


Otra forma de organizar los contenidos a enseñar, de una forma más eficiente, a los fines de la particular capacitación bomberil, es un espiral en donde una pregunta clave determina la progresión de los saberes: ¿Y esto en qué se relaciona con lo anterior?



De esta forma, siempre se está volviendo a trabajar, a repasar, a aplicar el conocimiento, la técnica anteriormente aprendida. Es decir, nos apoyamos en lo que ya sabemos o aprendimos, y lo aplicamos a nuevas situaciones por resolver.

De está forma, los saberes no se construyen de forma modulada o segmentada, se va realizando una progresión coherente, con sentido de lo que se busca reforzar o afianzar en los bomberos…. con sentido para quienes enseñan y para quienes aprenden…

Cuando los instructores relacionan los contenidos de una clase a otra, ayudan a que los bomberos puedan comprender mejor cómo se relacionan los diferentes conceptos e ideas ya que nuestro trabajo implica enfrentar una amplia gama de desafíos y escenarios. Al comprender cómo se relacionan los conceptos, los bomberos pueden adquirir una visión más amplia y completa de su labor. Por ejemplo, al conectar los principios de lucha contra incendios con los fundamentos de los fenómenos físicos-químicos, pueden mostrar cómo ciertos materiales pueden reaccionar de manera peligrosa durante un incendio, lo que ayuda a tomar decisiones más informadas y seguras.

Pero además y sobre todo (y más importante), ayuda a que los puedan aplicar en situaciones diferentes sobre todo para resolver situaciones problemáticas en el contexto de una práctica que es donde queremos que se haga evidente si logró incorporar-aplicar lo aprendido, a situaciones didácticas con progresivos niveles de complejidad e incertidumbre.


Considerando que los tiempos de capacitación dentro de cuarteles suelen ser limitados, es entonces fundamental que aquellos encargados de desarrollar propuestas educativas para la construcción de conocimientos sean conscientes de esta restricción temporal. Esto implica diseñar programas de formación que sean efectivos, eficientes y se ajusten a las necesidades específicas de cada institución.

Para optimizar la adquisición de nuevos saberes en un tiempo limitado, es esencial seguir ciertos enfoques pedagógicos que maximicen el aprendizaje. El que presentamos en este artículo es solo una idea que puede ayudar a desarrollar una serie de clases de forma más efectiva, teniendo en cuenta lo aprendido con anterioridad.

Sumado a esta propuesta de diseñar clases de forma eliptica, debemos considerar alguna otras estrategias para complementar al desarrollo de la elipticidad de la enseñanza:


Priorizar los contenidos claves: Para garantizar una capacitación efectiva en un tiempo limitado, es esencial identificar los conocimientos fundamentales que deben adquirir y enfocarse en enseñarlos de manera clara y concisa. Esto implica determinar las habilidades y competencias más relevantes para su desempeño y centrar los esfuerzos de capacitación en desarrollarlas adecuadamente.

Para identificar los conocimientos fundamentales, es necesario realizar un análisis de las tareas y responsabilidades que los bomberos enfrentan en su trabajo en el contexto en el que cada institución se encuentra. Esto podría incluir áreas como las operaciones en incendios estructurales, rescate, atención prehospitalaria, prevención de riesgos, comunicación efectiva/asertiva, entre otros aspectos.


Identificar los conocimientos fundamentales que los bomberos deben adquirir y enfocarse en enseñarlos de manera clara y concisa. Esto implica identificar las habilidades y competencias más relevantes para su desempeño y centrarse en ellas.


Aprovechar la experiencia previa: Muchos bomberos tienen experiencia práctica en el campo de las emergencias, por lo que es importante aprovechar ese conocimiento previo como punto de partida. Integrar la teoría con ejemplos y situaciones reales ayuda a relacionar los conceptos nuevos con las experiencias pasadas, facilitando el aprendizaje.


Evaluación continua: Cuando hablamos de evaluación, no nos referimos al sentido tradicional de la evaluación escrita sino a una evaluación que consta de la observación de lo que están realizando, cómo ejecutan la operación, en qué son eficientes y en qué es necesario continuar fortaleciendo. Se trata entonces de realizar evaluaciones periódicas para medir el progreso de los bomberos y detectar áreas de mejora. Tanto en el aprendizaje, como en la enseñanza. Esto permite ajustar el enfoque educativo y brindar retroalimentación constante para fortalecer el aprendizaje.


Diseñar actividades en donde se fomente el aprendizaje colaborativo: Esto significa que en la planificación previa, se proponga crear espacios dentro de la capacitación que permitan promover el trabajo en equipo y la colaboración entre los bomberos. Esto es muy beneficioso ya que el intercambio de conocimientos y experiencias puede enriquecer el proceso de aprendizaje, además que la creación de espacios de discusión y reflexión fomenta la participación activa y el intercambio de ideas.


Sgto. (R.E) Alberto Alecio & Cbo. Edgardo Reina


 
 
 

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