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Planficación de clases como emergencias II Aportes para la discusión (o el camino a su construcción)

Lic., Prof. en Educación física y Cabo Primero (R.E) Alberto Alecio

Prof. y Bombero Edgardo Reina


En un primer artículo se desarrollaron algunas ideas respecto de lo que significa la planificación de las clases dentro del ámbito bomberil.

A modo de disparadores que buscaban explicar (y reflexionar) acerca de los fundamentos que sustentan la idea de por qué resulta importante hacerlo en el quehacer académico (palabra extraña en el ámbito bomberil que remite, en este caso, a pensar en la formación como un proceso ordenado, planificado, pronóstico, que evalúa y se autoevalúa) del bombero, quedaron algunas otras ideas, “mitos” a interpelar y “viejos - nuevos aportes” que giran en torno a esta tarea.

Este segundo artículo busca, a partir de algunas frases disparadoras, desarrollar un poco más respecto de la problemática que entraña la tarea de enseñar y aprender en el ámbito específico.


Palabras claves:

Planificar. Pronosticar. Diversificar. Ordenar sistemática y periódicamente. “De simple a complejo”. Evaluar para valorar y seguir creciendo (como opuesto a: Evaluación punitiva…evaluar para castigar). Cerrar la brecha “Teoría - Práctica”.


Comenzando a andar (o desandar) el camino…

Continuando el tránsito (en tanto camino a recorrer y construir) en el desarrollo posible hacia la planificación como proceso ordenado, pronóstico, diferenciado, sistemático y periódico (esto es: pensado, reflexionado, propuesto en a ,o largo del tiempo, con objetivos a alcanzar), se presentan algunas ideas a modo de disparadores que guíen el proceso. Para finalizar este apartado, es preciso comprender que esta propuesta, lejos de cerrar ideas, las abre dejando espacio al crecimiento de nuevas, enriquecedoras y superadoras acciones en el ámbito de la formación permanente (remitiéndonos a las Funciones de Bombero Nivel 1, RCFE N° 353/19).


PLANIFICAR LO QUE, SE SUPONE, YA SE SABE.


Con frecuencia se suele escuchar en muchos cuarteles "este tema ya lo vimos”, u, “otra vez lo mismo…".

La respuesta en primer momento es SI, obviamente SI, OTRA VEZ LO MISMO, PERO...pero cómo diseñadores y organizadores del tema a enseñar, es nuestra función complejizar el tema que se ha desarrollado a lo largo del tiempo, haciéndolo más profundo y poniendo en juego los saberes previos (lo que ya se sabía sobre el contenido “antes de esta nueva clase”) para enriquecerlos y avanzar sobre ellos.


Vamos a verlo a partir de un ejemplo. Supongamos que ya se vió por dos años consecutivos la temática “estabilización vehicular”. Y en el tercer año, debemos volver a dictar dicha temática al cuerpo activo.

En primer momento, podemos reconstruir el camino que se realizó hasta ese “tiempo y espacio” de clase (o sea, la “nueva clase”): ¿Qué se vió en dichas clases?, ¿En qué partes se hizo mucho énfasis y en que no se profundizó tanto? ¿Qué quedó fuera? y la pregunta más importante… Si el personal, realmente, ya aprendió estos temas… ¿Qué aspecto más complejo me permitirán avanzar o profundizar en dicho contenido? Esta última pregunta es un gran trampolín que permite proyectar en la temática en la que los bomberos tienen noción.


PLANIFICAR..PERO, ¿ES IGUAL PARA TODO EL ESCALAFÓN?


A las emergencias concurrimos todos, Oficiales, Suboficiales y Bomberos…pero… ¿Tenemos las mismas funciones? ¿Los mismos roles? ¡¡Claro que no!! Cada uno, en una emergencia y dentro de las instituciones a las que pertenecemos tenemos distintas tareas para llevar adelante, que implican distintos niveles de conocimiento y de incidencia sobre la toma de decisiones (La base de la pirámide, los Bomberos: roles y funciones predominantemente “Técnicos”; la punta de la pirámide, Suboficiales Superiores, Oficiales, funciones predominantemente “Tácticas”;...en medio: los Suboficiales Subalternos, acciones mixtas, con diversos grados “Técnico - Tácticos”.)

En consecuencia, llegó el momento de formarnos en el área que nos compete, teniendo como "saberes previos", lo que corresponde saber, inevitablemente, a los niveles inferiores del escalafón (un paréntesis: SABER ES, NO SOLO SABER DECIR, SINO SABER HACER, SIEMPRE…para ello, repasar y re-entrenar son la base misma de esta idea: no solo se debe saber “decir” cómo se aplica un torniquete en una hemorragia exanguinante, sino también, saber hacerlo).


Veamos otro ejemplo:

Nos encontramos con un gran incendio de vivienda (incendio de estructura, técnicamente hablando), a donde acuden dos dotaciones. Los integrantes de las mismas: ¿toman iguales decisiones? ¿Sus conocimientos y experiencias profesionales son idénticas? Indudablemente cada uno tiene distintas competencias para llevar adelante su tarea de extinción del incendio (de acuerdo a prioridades: salvaguardar vidas, evitar la propagación, circunscribir, extinguir). El oficial a cargo (o personal de mayor jerarquía responsable del desarrollo de las acciones) deberá tener saberes y habilidades respecto a las estrategias y directivas que deben emitir para que el resto del personal deba llevar adelante.

Los suboficiales deberán ser el vínculo entre esas órdenes y las acciones concretas en el campo; los bomberos deberán ejecutar operativamente distintas habilidades de despliegue de material y ejecución de las maniobras necesarias para alcanzar el objetivo. Esto implica: RECIBIR FORMACIÓN APROPIADA PARA SUS ROLES Y FUNCIONES, ENTRENARLAS PERIÓDICAMENTE, UTILIZARLAS EN CONTEXTOS CAMBIANTES.


“UNA COSA ES LA TEORÍA Y OTRA COSA ES LA PRÁCTICA” . LO MÁS IMPORTANTE ES LOGRAR “PRÁCTICAS, CARGADAS DE SENTIDO”


Preguntémonos tres cosas ¿A qué llamamos Teoría? ¿A qué llamamos práctica? y ¿En qué punto de la enseñanza bomberil se relacionan ambos conceptos?

Enseñar “lo teórico” en bomberos significa enseñar aquellos fundamentos que mediante un trabajo de razonamiento intelectual permiten entender y justificar lo que se debe realizar en el ámbito de la prestación del servicio en emergencias, mediante la puesta en juego de los saberes y habilidades que el personal disponga.


Ejemplo.

En un accidente automovilístico un operador de APH no realiza por azar o inercia el “XABCDE” del trauma. Primero debe conocer cuál es el objetivo fundamental de la misma (“Reconocer si existen factores que amenacen la vida, determinar si el paciente es crítico), así como de qué se trata cada una de estas etapas de la evaluación (Reconocer y tratar: “X”, Hemorragias exanguinantes; “A” Permeabilizar la vía aérea y realizar control cervical; “B”: ventilación; “C”: circulación; “D”: déficit neurológico, “E”: exposición corporal, control de la hipotermia) . Luego, el saber las relaciones que hay entre cada uno de ellos y conocer qué hacer y qué no hacer a medida que la persona mejora o no, va a permitir que al momento que tenga que realizar la atención de la víctima del accidente pueda poner en juego estos saberes “teóricos” en su aplicación práctica. Tendrá mayores herramientas que lo ayudarán a tomar mejores decisiones “prácticas” al momento de asistir al paciente.


Esto mismo lo podemos llevar al campo de la extinción de incendios. Pensemos en bomberos cada vez más inteligentes que pueden "ver en el incendio" mas allá que gotas más pequeñas alla de su aplicación en la emergencia, ajustadas según patrones y caudales que absorberán más energía calórica (recordemos: vinculando conocimientos de teoría del fuego, teoría de la extinción, patrones de ataque, tipos de ataque, entre otros, será posible tomar las mejores decisiones a la hora de trabajar en un incendio de estructura de manera segura, sin romper el balance térmico, con mínimo de daños colaterales, haciendo un uso eficiente de recurso hídrico aplicando la cantidad suficiente de agua y utilizando la técnica más adecuada para extinguir el incendio de acuerdo a la situación presentada). Por lo tanto, al momento de planificar o diseñar las clases sobre esta temática, la distancia entre "teoría y práctica" debe ser acortada por los instructores, construyendo habilidades, prácticas fundamentadas en la teoría. Una idea muy interesante, superadora es: IR, DE IDA Y VUELTA DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA (la teoría permite resolver eficientemente la práctica y, a la vez, los errores o limitaciones que encontramos en la forma elegida para resolver esa práctica, deben ser los disparadores para “volver a revisar” la teoría para ser “mejores” la próxima vez)


Y SI ENSEÑAMOS PRÁCTICAS, ¿EN QUE DEBEMOS ENFOCARNOS?


Pretendemos que "por generación espontánea" los Bomberos realicen aquello que fue explicado 1, 2 y 3 veces… pero...¿Cómo se explica? ¿A qué situaciones se enfrenta un bombero?

La primera reflexión es que esas "situaciones son siempre complejas, cambiantes ("las emergencias nunca son iguales", se escucha decir)... entonces: ¿por qué las prácticas no cuentan con un orden creciente de complejidad?


Para correr, es condición determinante saber caminar.


En la búsqueda de lograr que el personal aprenda determinado saber, para quienes enseñan en el ámbito de bomberos, supone realizar distintos recorridos (no todos aprendemos de la misma manera, en los mismos tiempos, con las mismas metodologías). Uno de los caminos posibles para hacerlo podría ser la graduación del contenido a enseñar. El avanzar paulatinamente proponiendo e incorporando desafíos técnicos con bajo nivel de incertidumbre -aplicando técnicas y procedimientos ya conocidos- , para afianzar lo "viejo" e incorporar "lo nuevo", puede resultar muy beneficioso, más cuando se trata de un saber complejo el que se quiere transmitir (y construir, siempre tenemos en cuenta que no se puede separar enseñanza de aprendizaje).

Además, contar con un equipo de instructores que aportan, reconocen lo positivo y refuerzan aquellos aspecto en los que se debe mejorar, echando luz sobre lo "nuevo" (y complejo) que se busca incorporar “los saberes nuevos teóricos que posteriormente permitan desarrollar lo nuevo práctico” (otra idea: no es posible pensar en clases “teóricas” y “prácticas” por separado).


Otro camino posible para “enseñar lo práctico” puede ser el reiterar las técnicas aprendidas (Tareas circulares le llama cierta corriente de la educación física) al ir presentando niveles cada vez más complejos de resolución.

En esta resolución de problemas, las decisiones cobran un papel fundamental, el nivel de incertidumbre crece y se va realizando gradualmente "la práctica más parecida a la realidad". Y como fue citada la Educación Física (otra pasión de uno de los autores de este artículo y su otra profesión), brindemos un ejemplo de ella. Pongamos por caso la enseñanza del fútbol (si, se enseña, aunque parezca mentira…). Para jugar este deporte es fundamental contar con recursos técnicos (patear, cabecear, recibir la pelota con diversas partes del cuerpo, conducir el balón, entre otros); estas técnicas deben ser convertidas en habilidades al servicio del desarrollo del encuentro deportivo y eso lleva un camino a recorrer, tiempo, esfuerzo y contextos de enseñanza progresivamente complejos y variables. Primero tomar contacto con la pelota y poner toda la atención en reconocer sus características: rueda, pica, vuela: YO Y LA PELOTA (el que aprende y el elemento). Luego, si la idea es aprender a recibir el balón, debemos enfrentarnos a la experiencia de hacerlo con el pie, con el muslo, el pecho, la cabeza; con la pelota que viene de cerca y luego de lejos; recibir “estático y dinámico”: YO, LA PELOTA Y UN COMPAÑERO (quien aprende, el elemento y “alguien del mismo equipo”). Luego, aparece “un sujeto que quiere sacarme la pelota”; juegos simples donde dos compañeros intentan pasar y recibir el balón y un tercero que trata de evitarlo: YO, LA PELOTA, UN COMPAÑERO Y UN OPONENTE. De a poco, se van sumando compañeros y adversarios, derivando en JUEGOS progresivamente más complejos, con mayor “incertidumbre” (palabra clave en la enseñanza para la resolución de situaciones complejas y cambiantes), con reglas a cumplir que derivan, con el paso del tiempo (y de la Planificación) en el deporte formal. Si pensamos en los niveles de incertidumbre que genera cada ejercicio propuesto veremos que esta es creciente, que va dando paso a la resolución de problemas más complejos. Entonces, siguiendo esta lógica: ¿por qué pensar que si sabemos “tirar mangas” y armar líneas de ataque podremos extinguir un incendio con seguridad y eficacia, aplicando pensamiento táctico, empleando conceptos?


Para cerrar:


APRENDER (lento, con correcciones positivas, ayudando a reconocer errores y dando opciones para corregirlos); ENTRENAR (repitiendo lo aprendido “varias veces”, cada vez con mayor celeridad) y RESOLVER PROBLEMAS (enfrentando situaciones nuevas y cambiantes, como las emergencias mismas, utilizando como base lo “aprendido y enseñado”, dando paso a “pensar tácticamente”, resolviendo la diversidad de situaciones cambiantes a las que nos enfrentamos), ES UN CAMINO POSIBLE PARA EL DESARROLLO DEL BINOMIO “ENSEÑAR - APRENDER”.


Les dejamos el “deber” de pensar las prácticas de enseñanza de técnicas bomberiles “desde esta perspectiva”, aclarando que esta propuesta didáctica, traspolada de la Educación Física, se llama: DE LA TÉCNICA AL JUEGO - tiene como lógica ir de las partes al todo, de las habilidades aisladas a la resolución de problemas en el contexto de juego. No obstante (y desde la misma Educación Física) nobleza obliga, se debe mencionar que es forma de enseñar se “contrapone” a otra “inversa” a la misma, que va desde EL JUEGO A LA TÉCNICA. Su encuadre: enseñar desde el todo a las partes, partiendo de situaciones complejas para reconocer que podremos mejorarlas si es posible advertir (comprender, reconocer, tomar conocimiento de nuestras limitaciones como “sujeto que aprende”), con la guía del instructor, “aquello que nos falta” para mejorar nuestro rendimiento: las técnicas, las relaciones entre el espacio y el tiempo, las reglas de juego, nuestro rol y nuestras funciones en el equipo (en relación a los compañeros), ante la oposición del equipo “contrario”… pero esta discusión didáctico - pedagógica no es el caso que nos ocupa y en el ámbito bomberil sería un riesgo inaceptable enfrentarnos primero a un incendio, sin saber cómo abordarlo, sin contar con las habilidades necesarias aprendidas, esto en la enseñanza del deporte tiene otra connotación. Queda pendiente para próximos artículos el desarrollo de esta propuesta que, probablemente, nos dé la posibilidad de construir prácticas diferenciadas para la mejora de aquellos bomberos que ya cuentan con conocimientos previos (dentro de los que se encuentran los cuadros superiores del escalafón).



EVALUAMOS LO APRENDIDO DESDE LO TEÓRICO ¿Y LO PRÁCTICO?


En el punto anterior hemos abordado los diversos niveles de complejidad en la enseñanza técnica o práctica. A partir de ellos podemos comenzar a proyectar la evaluación.

Este es uno de los aspectos más complejos de todo el proceso de enseñanza, ya que implica para quienes están relacionados con la gestión educativa, el recabar información que permita constatar que el personal haya incorporado los saberes teóricos y prácticos que se han enseñado.

Para lograr esto debemos construir instrumentos de evaluación que superen las breves (en ocasiones “hiper subjetivas”) valoraciones que se entregan (los instructores) y se reciben (los bomberos)...esto es perfectamente posible. Implica repensar el cómo vamos a recabar esta información, diseñar instrumentos apropiados de evaluación teóricos y repensar las formas en las que vamos a llevar adelante las valoraciones prácticas para obtener un panorama cercano a lo real de la situación del personal. Es un tema por demás complejo que exige un gran trabajo de planeamiento, pero este será motivo de una nueva y más extensa presentación...solo decimos: LA EVALUACIÓN NO DICE SOLO LO QUE ESTÁ “BIEN o MAL”, LA MISMA ENTREGA INFORMACIÓN SUMAMENTE VALIOSA PARA CONTINUAR EL PROCESO DE ENSEÑANZA (a los Instructores), PERMITIENDO A QUIENES APRENDEN (los Bomberos) RECONOCER “QUE Y CUANTO SABEN”, NO DESDE LO “PUNITIVO” (o sea, desde el castigo) PARA HACERSE RESPONSABLE DE LA NECESIDAD DE SU FORMACIÓN PERMANENTE.


¿QUÉ ENSEÑO HOY? AHORA VEMOS… POR ÚLTIMO, ENSEÑAR - APRENDER EN CONTEXTO…


En este sentido, el Marco de Referencia del CFE N° 353/19 BOMBERO NIVEL 1 -es decir, aspirantes a bomberos- otorga una guía más que interesante para diseñar el programa de capacitación.

Este Marco de Referencia está ordenado de forma tal que nos permite pensar en una serie de secuencias didácticas (a grosso modo, planificar varias clases relacionadas con "un mismo tema", que es otro gran paso necesario de dar…nada se aprende en un solo encuentro o en instrucciones aisladas).


Cómo se puede observar a lo largo de todo el artículo, la planificación es una potente herramienta para lograr grandes cambios en pos de la mejora de las habilidades y capacidades del personal.

Para lograr estas mejoras, no solo es necesario que el personal de bomberos estudie, sino que también quienes están a cargo de la programación educativa planifiquen o le dediquen tiempo a pensar cómo mejorar estas habilidades y capacidades (y, a la vez: como mejorar las propias habilidades y capacidades de enseñanza).


Esperamos que estas ideas que planteamos sirvan para repensar y sobre todo enriquecer algunas ideas sobre la difícil tarea de enseñar dentro del contexto de bomberos.


Autores: Alberto Alecio - Edgardo Reina

 
 
 

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